Les fous ne sont plus ce qu´ils étaient. Aviñón 2021
Los locos ya no son lo que eran. Dirección de Laurence Fabre con un increíble Elliot Jenicot. Se vio en el teatro La Luna de Aviñón.
Un solo en escena a veces se hace aburrido, no es el caso con Jenicot, un portento de la interpretación en todos los sentidos, desde los registros de mimo, hasta los de interpretar varios papeles en el escenario, a la elegancia de sus movimientos, a su mirada penetrante perfecta para su papel.
El papel de Jenicot no es fácil, poner en duda todo lo conocido, con un discurso fácil pero a la vez que se pregunta todo desde un punto de vista lógico: si tienes el presentimiento de tener a alguien detrás, ese alguien tendrá el presentimiento de que tiene a alguien delante. Lo difícil de hacer es el papel de un mimo que tiene que interpretar a alguien que no hace nada, incluso la nada será algo. Tener accidentes es algo bueno, ya que la gente dice: te lo merecías. O el triunfar en los exámenes al suspenderlos todos, cuando el objetivo es suspenderlos todos. El punto de vista de lo que está bien o mal queda en entre dicho con esta obra de una dialéctica que se agradece fácil, sin pedanterías filosóficas que suelen verse en este tipo de obras.
El título hace referencia a los locos, queriendo decir que los locos quizás sean los que están más cuerdos. Referente a un loco, es el divertidísimo pasaje donde el actor mezcla la palabra loco y fuego, que en francés se parece: fou y feu, para querer dar a entender algo muy divertido e imposible de transcribir, necesario ir a ver la obra para comprenderlo, merece la pena.
Con una rosa que cuelga constantemente sin saber muy bien el motivo, la hora y pico se pasa sin darse cuenta.
Opinión: 3,7/5