Stanley Kubrick. The Exhibition en el Círculo de Bellas Artes de Madrid 2022
Desde el 21 de diciembre 2021 está en Madrid la exposición intenacinal sobre Stanley Kubrick. Más precisamente en el circulo de Bellas Artes que está aquí.
La muestra sobre el influyente cineasta británico, recorre su carrera e invita a sumergirse en su mente de loco y genio gracias a más de 600 piezas del director (fotos, atrezzo, cámaras, maquetas, guiones, sotryboards, cartas, vesturario, presupuestos, ...)
Entre estos objetos estan la silla de Kubrick, el disfraz de simio o la impresionante maqueta del Discovery de "2001: una odisea del espacio", la que es para muchos la mejor película de la historia, como para el más que respetado Alejandro Calvo de Sensacine.
La mente del cineasta
Jacob Kubrick enseñó a su hijo Stanley, cuando este cumplió 12 años, a jugar al ajedrez y, con 13, le regaló una cámara Graflex. El ajedrez moldeó su mente. Con la fotografia aprendió a mirar. Cuando todavía estaba en el instituto, pasó por un kiosko y sacó una foto del vendedor, apesadumbrado, con un titular encima de su cabeza informando sobre la muerte del presidente Roosevelt.
Esa fotografía fue la puerta de entrada a la revista Look en el año 1945. La editora Helen O'Brian confió en el adolescente, quien acabó trabajando para la publicación hasta 1950. Con los reportajes practicó el arte de contar a través de las imágenes. La fotografia le hizo entender el cine como una experiencia visual, y nunca tuvo miedo de probar todo tipo de cámaras y objetivos así como buscar las tecnologias necesarias. El ajedrez le permitió una visión total de cada una sus peliculas y crear con estrategia y táctica, además de afianzar la metáfora de la vida como batalla.
Sus primeros pasos, tras dejar la revista, los dio rodando tres documentales que le sirvieron para ejercitarse con la cámara, entender lo que suponía tener el control de su obra e ir en busca de un estilo. Un día en la vida del boxeador Waltier Cartier (Day of the Fight), el trabajo de un cura rural en Nuevo México (Flying Padre) y el funcionamiento de un sindicato de marineros (The Seafarers).
En 1953 estrenó su primera pelicula independiente, Miedo y deseo, donde ya se percibe su sello: su primer acercamiento al género bélico, la ambigüedad entre lo onírico y lo real, lo fútil de la inteligencia, la perdición de las emociones, los dobles, la elaboración de un plan, el fracaso, el miedo al deseo, la violencia... Aunque renegaría de ella, Kubrick ya no pudo dejar de hacer cine.
El cine negro fue una buena escuela para un director con un sentido propio del espacio y el tiempo, dos aspectos que cuidó a lo largo de toda su filmografía. El género le permitió además de experimentar movimientos de cámara, perfilar a sus héroes abocados al fracaso, así como dibujar su pesimismo hacia el ser humano y la sociedad.
Con El beso del asesino (1955) ya es evidente el cuidado en la recreación del espacio, pues Kubrick es un cineasta de atmósferas y ambientes. Siempre fue minucioso con todo lo que tenia que ver con el diseño de producción: la arquitectura de los edificios, la construcción de los decorados, la elección de localizaciones y la búsqueda de las formas geométricas y la simetria. También llama la atención su manera de recorrer los espacios con la camara. Imposible olvidar en esta pelicula la pelea de los dos protagonistas en un almacén lleno de maniquies.
En Atraco perfecto (1956), como un reloj preciso, reconstruye paso a paso un robo minucioso, que termina mal por la imperfección humana. El uso del tiempo es otra de sus piezas maestras. Si Johnny Clay ejecuta un plan infalible con todos los relojes sincronizados, Stanley Kubrick manejaría el tiempo en beneficio de sus historias: creó la elipsis temporal más increible en 2001: una odisea del espacio, secuenció de manera obsesiva la estancia de la familia Torrance en el hotel Overlook en El resplandor o incluso osciló entre un tiempo soñado y otro real en Eyes Wide Shut.
Adaptaciones de novelas
Once películas de Stanley Kubrick son adaptaciones de novelas o cuentos que le fascinaron. Para él era importante el impacto de la primera lectura, después trataba de pasar las palabras literarias al lenguaje cinematográfico. Plasmar esa primera emoción era su reto. El proceso de elaboración de los guiones solía hacerlo acompañado de escritores de prestigio (Jim Thompson, Nabokov, Terry Southern, Arthur C. Clarke, Diane Johnson, Michael Herr o Frederic Raphael). Por otra parte, en sus películas buscaba una voz para cada uno de sus personajes o el tono adecuado de la historia con una voz en off (del propio protagonista o de un narrador omnisciente). Por último, supervisaba los doblajes para estar seguro de que las traducciones fuesen las más leales al espíritu de sus creaciones.
En uno de sus proyectos inconclusos, A. I. Inteligencia Artificial, a Stanley Kubrick le gustaba cómo reflejaba el cuento de Brian Aldiss, Los superjuguetes duran todo el verano, el futuro de esta tecnología. Contrató a varios escritores durante un largo proceso de creación (desde 1982 hasta su muerte en 1999): al propio Aldiss, a lan Watson y a Sara Maitland, pero terminó escribiendo él su propio guion. Tenía claro que su pelicula tendría ecos del Pinocho de Carlo Collodi. También contrató a ilustradores, como Fangorn, para que fueran pintando bocetos del aspecto visual de la propuesta. Al final, no rodó este largometraje, pues pensó que no existía la tecnologia adecuada para mostrar el universo único que surgía de su mente. Tras la muerte de Kubrick, Steven Spielberg llevó a la pantalla este proyecto.
El deseo
Desde el título de su primer largometraje, el deseo está presente en la obra de Kubrick. Su relación con este impulso es complejo. A veces surge una mirada masculina incapaz de descifrar el enigma femenino, y como no lo logra, reacciona con miedo o violencia. El vinculo entre el hombre y la mujer se plasma como conflicto y campo de batalla (El resplandor o Barry Lyndon). Otras, la figura femenina no solo desestabiliza, sino que se convierte en simbolo del absurdo de la guerra y la violencia desatada (la víctima de Miedo y deseo, la chica alemana de Senderos de gloria o la francotiradora de La chaqueta metálica). Al final del recorrido esta Alice (Eyes Wide Shut), que deja al descubierto a un hombre desconcertado ante el poder del deseo femenino y que además realiza un ambiguo canto final a la intimidad matrimonial.
Mientras Humbert Humbert, el narrador de Lolita (1962), aterrizaba en EEUU para caer definitivamente en el abismo, Stanley Kubrick encontraria su residencia en Londres, alejado de Hollywood, para alcanzar la excelencia en su cine. Pero ¿cómo llevar a la pantalla, con el código Hays vigente, la historia de un pedófilo y cómo atrapar el rico lenguaje de Nabokov? Nace una historia circular con un halo de misterio; convierte a la ninfa en una adolescente consciente de su poder de seducción, pero atrapada entre dos hombres que no la quieren, solo la desean: Humbert Humbert (el veterano James Mason) y su némesis, Quilty (con el rostro del actor cómico Peter Sellers); y presenta un protagonista obsesivo, turbulento, desequilibrado y desconcertado. Kubrick, descubridor de talentos, acertó al dar el papel de Lolita a la adolescente Sue Lyon, que alcanzó un estrellato efímero.
Género bélico
El género al que más acudió Stanley Kubrick para contar sus historias fue al bélico (Miedo y deseo, Senderos de gloria, ¿Teléfono rojo?, La chaqueta metálica) y uno de los temas centrales de su filmografía es la guerra (Espartaco, Barry Lyndon). No en vano, el juego al que era tan aficionado, el ajedrez, no es sino la escenificación de una batalla.
Dominaba la estrategia, la táctica y tenía además el temple para ganar. Así planificaba sus rodajes, como una partida que debía tener bajo control. En las películas bélicas surge la naturaleza violenta del hombre, que además es empujado a la destrucción, el caos y el desastre por estructuras superiores de poder. La violencia institucional, su dominio y control sobre las personas, empeora y agrava las guerras.
Senderos de gloria
Senderos de gloria (1957) supuso su encuentro profesional con Kirk Douglas, cuya presencia impulsó el rodaje. También hubo un cambio importante en su vida: conoció a la actriz Susanne Christian que se convertiria en la compañera definitiva. Ella es la muchacha alemana que canta asustada ante los soldados franceses, una secuencia triste y catártica con unos hombres que añoran un hogar al que quizá no regresen. La pelicula muestra la distancia enorme entre los altos mandos militares que mueven cómodamente los hilos de la guerra desde los châteaux, sin pensar en las consecuencias, y los soldados rasos que esperan órdenes en trincheras llenas de sangre y barro.
La pelicula no sentó nada bien a las autoridades francesas por el reflejo de su estamento militar, y terminó siendo prohibida en varios paises como Francia, Suiza o España. Sobrecogen las secuencias de los tres soldados elegidos al azar y condenados a muerte porque su batallón no ha llevado a cabo un ataque suicida.
Stanley Kubrick presenta a menudo el mundo como un campo de batalla; por eso no es de extrañar que muchas de sus películas sean bélicas. La violencia es un rasgo distintivo en su filmografia.
La mirada del director sobre el hombre descubre su naturaleza violenta, como ese simio que se da cuenta de que un hueso puede convertirse en un arma de poder.
A Stanley Kubrick, apasionado de la Historia, le interesaban los mecanismos del poder. Se esmeraba en recopilar documentación e información sobre el periodo histórico que quería reflejar en sus peliculas.
Sintió fascinación por el siglo XVIII: el siglo de las luces, pero también la época oscura donde se generaron los problemas de los estados contemporáneos. Fue todo un erudito sobre Napoleón y construyó una minuciosa biografia del personaje, pues iba a ser el protagonista de uno de sus proyectos más ambiciosos, que finalmente no pudo llevar a cabo. También mostró interés por la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. Su familia era judía y siempre se sintió atraido por la intelectualidad judía europea (Sigmund Freud, Stefan Zweig o Arthur Schnitzler).
Puso en marcha la película Los papeles arios, sobre una mujer judia que emprende un viaje de supervivencia con un niño, su sobrino. Sin embargo, terminó siendo una de sus obras inacabadas.
Aunque fue el único largometraje en el que no ejerció todo el control que hubiese deseado, Espartaco (1960) también versa sobre un personaje histórico, un esclavo que se enfrentó a los romanos, y cuenta una lucha de poderes. El rodaje fue toda una escuela para formarse definitivamente como un cineasta al frente de ambiciosas empresas artisticas. Después del despido de Anthony Mann, Kubrick le sustituyó porque se lo pidió Kirk Douglas, que era también el productor. El joven director se vio inmerso en un rodaje donde había demasiados egos juntos (él mismo, Kirk Douglas, Dalton Trumbo, Peter Ustinov, Charles Laugthon, Laurence Olivier...). La pelicula con su mitico grito «Yo soy Espartaco» se convirtió en un simbolo de la lucha contra las listas negras de la Caza de Brujas. Tanto en Exodo, de Otto Preminger, como en esta pelicula, Dalton Trumbo, uno de los diez de. Hollywood, apareció en los créditos como guionista, después de pasarse años sin poder firmar un guion.
Poder e historia
Antes de que existieran los softwares para elaborar planes de rodaje especializados en la industria cinematográfica, Stanley Kubrick empleaba diversos artilugios analógicos como este para la organización de los rodajes. Cada tira de papel representa una escena determinada, señalando todo lo necesario para que se lleve a cabo.
En la mente del genio
Stanley Kubrick repensó el mito del loro en un discurso que pronunció al recibir el premio D. W. Griffith, on 1907. Para él la cuestión no era si el loro volaba demasiado alto, y el sol derretia sus alas, sino que se olvidase de las plumas y de la cera para construir unas alas más sólidas. Y eso fue lo que hizo, superar obstáculos, solucionar problemas, y no dejar nada al azar para controlar todos los aspectos de su obra cinomatográfica. Hacer peliculas se convirtió en su modo de vida. Abordó diversos géneros: cino negro, ficción, bélico o terror, para dinamitar sus reglas, subvertirlos y construir nuovos paradigmas. Su objetivo final era conseguir la perfección y dejar un legado de largometrajes, a ser posible más evocadores que los del cine mudo.
Del cine clásico al moderno
Además, un análisis de su filmografie permite trazar el paso del cine clásico al moderno. De tal forma que Kubrick se ha convertido en uno de los grandes referentes culturales del siglo XX. Cada una de sus peliculas es una radiografia de su mente oreadora. Kubrick era independiente, autodidacta, loonoclasta creativo, irónico, curioso y visionario. Todas sus pasiones (el cine, la fotografia, la lectura, la másios, la tecnologia o el ajedrez) las volcaba en su obra. Arquitecto de universos simétricos, sus personajes, con su humanidad a cuestas, ostán en una continua pugna para no dejarse arrastrar por el fracaso, la violencia y el caos. Si en sus primeras películas, como Atraco perfecto o Lolita, se descubren ya las pautas estilisticas y temátioas que definen su obra; en aquellas que nunca pudo hacer, Napoleón o A.I. desvela su infinito potencial oreador.
El humor
Una constante en la filmografia de Stanley Kubrick es el humor con gotas negras, pesimismo e ironía. Es evidente de varias maneras: cuando el tema musical contrasta con el tono de la escena, como la canción "Cantando bajo la lluvia» y las acciones violentas de Alex DeLarge; el juego entre el desconcierto y el despropósito en la andadura de los personajes, como le ocurre a Bill (Eyes Wide Shut) en cada paso que da por Nueva York; el gag visual, como ese brazo en alto y rebelde del doctor Strangelove; la exageración en los gestos del rostro o en el empleo del lenguaje del sargento Hartman; o la elección para ciertos papeles de actores con una marcada vis cómica como Peter Sellers.
En ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (1964) transformó Red Alert, una novela seria de Peter George, en una sátira política sobre la Guerra Fria. En compañía de Terry Southern, aportó sarcasmo y acidez a un posible fin del mundo desatado por la locura de un general, la ineptitud de altos cargos políticos y militares y el heroismo rancio de un mayor tejano. Frente a la seriedad de otros estrenos de la época sobre el mismo tema como Punto limite, de Sidney Lumet, Kubrick optó por hablar de asuntos muy serios, mostrando la estupidez humana.
En ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú, hay tres espacios donde transcurre la historia simultáneamente: la base aérea donde se encuentra el general Ripper (Sterling Hayden), el interior del B-52, y la sala de guerra. Este último decorado, creación de Ken Adam, fue tan popular que cuando Ronald Reagan llegó a la presidencia se llevó un disgusto al descubrir que la sala de guerra, en realidad, no existía
Maqueta de la sala de guerra de Ken Adam (escala 1:20)
Peter Sellers bordó tres papeles a cada cual más extravagante, el diseñador de producción Ken Adam realizó uno de sus decorados más caracteristicos: la sala de guerra, y el actor Slim Pickens cabalgo sobre una bomba, dejando una de las imágenes más recordadas de su filmografía. Kubrick se desató tanto con el humor, que rodó una batalla campal de tartas como si se tratara de un buen slapstick del periodo mudo, pero más tarde se dio cuenta de que no iba con el tono irónico de la película y la descartó.
Cartas a Kubrick
Entre otras curiosidades podemos ver correo directo con Kubrick:
20 de marzo de 1964
Sr. Stanley Kubrick
Colombia Pictures 1438 N. Gower St. Hollywood 28, California
Estimado Sr. Kubrick;
Ya sea que cuando el último espasmo de la nube en forma de hongo se desvanece de la pantalla, uno haya aprendido a "amar la bomba" o no, al menos ha experimentado personalmente la única seducción lograda que sale de una ciudad cinematográfica conocida por su continuo coquetear con ese tema. Lo que es tan excitante del evento es que en este caso no es ni el héroe de la pantalla quien seduce ni la heroína la que es seducida. Se trata de un público virginal que se ríe incómodamente y disfruta de las astutas sutilezas de Kubrick and Company. Qué exquisitamente hábil es haber usado la misma descripción de nuestras costumbres sexuales paranoicas, infantiles y autoprotectoras para desvirgarnos.
Dr. Strangelove es excepcional en su explotación de un vocabulario cinematográfico desarrollado internacionalmente y sus recursos técnicos locales al servicio de un equivalente anestésicamente efectivo de un aspecto claramente percibido de la vida estadounidense. En cierto modo, la película es una manifestación más de lo que en la pintura americana reciente es el "Pop Art", o mejor dicho, el "Sueño Americano". Tanto en las pinturas como en las películas existe el uso competente de un vocabulario artístico desarrollado, un uso informado y no disimulado de técnicas y procesos comerciales, ¡el niplodion deliberado de esos clichés! imágenes cercanas y queridas al corazón de nuestros compatriotas, el uso aparente del tema ostensible ocultando el significado real. Es interesante ver que tanto las pinturas como la película han sido calificadas por algunos críticos como "ataques" a varios aspectos de "Colombia, Tierra Feliz". Algunos de nosotros no vemos un ataque sino una descripción deliciosamente distante y sensible.
Wittgenstein nos dijo: "Lo que se hace no se puede pagar". La condescendencia y la economía de Strangelove ilustran bien su punto, pero me gustaría señalar dos cosas para mencionarlas en particular: 1) los puntos fuertes que gana la obra al (evidentemente) haber sido estructurada formalmente como una especie de duplicación de la relación sexual, que es enteramente apropiado al contenido iconológico; 2) (un detalle pequeño pero crítico) la efectividad total del corte de salto durante el lanzamiento de la bomba que fuerza una reacción física real que se ha dirigido cada vez más hacia una participación en ese momento.
Es emocionante ver trabajos de este calibre producidos en lo que durante tanto tiempo se ha calumniado como un País de Nunca Jamás artístico. Es emocionante pensar que el magnífico equipo y la gran habilidad técnica disponible en Hollywood responden a un director meticuloso que parece entender las relaciones cruciales que tienen los detalles con el todo.c
Atentamente, FC Carrera 6. Benrson
Respuesta de Kubrick a un admirador LeGrace G. Benson en 1964:
Estimado Mr. Benson,
Muchas gracias por escribir una carta tan halagadora. Lo siento, un análisis tan bien pensado de la imagen tiene que limitarse a corespondemos personales. En serio, eres el primero que parece haber notado el entramado sexual desde la intromisión hasta el último espasmo.
Estaré en Nueva York durante los próximos meses y si vienes de Ithaca, espero que me llames y tal vez podamos beber juntos.
Toure muy verdaderamente,
Stanley Kubrick
Universo Kubrick
El niño estrella de 2001: una odisea del espacio abrió un nuevo horizonte en la filmografía de Stanley Kubrick. Desde 2001 hasta su última película, Eyes Wide Shut, cada estreno se convertía en todo un acontecimiento cultural. Era el creador total, y desde la atalaya de su hogar en Londres, controlaba hasta el último aspecto de sus relatos soñados.
Martin Scorsese señaló que Kubrick fue uno de los pocos directores iconoclastas que disfrutó del lujo de trabajar únicamente bajo sus propias normas. Logró lo que fue imposible para otros creadores como Erich von Stroheim o Orson Welles: dirigir obras de arte tal y como él queria, que funcionaran en taquilla y estar además bajo el ala de un gran estudio que financiase sus proyectos.
Stanley Kubrick no formó parte de la generación de la televisión (Sidney Lumet, Arthur Penn o John Frankenheimer), realizadores que despuntaron cuando él empezó a rodar, ni entró después en la nómina de directores del Nuevo Hollywood. Fue por libre y no dejó de innovar en ninguna de sus películas. El propio director expresó en una entrevista: «Pedirme que descanse una temporada del cine sería como pedirle a un niño que descanse una temporada de jugar». Solia partir de un libro que le sedujese y buscaba la mejor manera de rodarlo. El proceso de creación era un ritual: se rodeaba de los mejores profesionales, buscaba toda la información y la documentación posible, anotaba sin parar, no dejaba de hacer llamadas telefónicas e indagaba en las tecnologias que le permitiesen rodar sus ideas. Se concentraba en plasmar su universo. Quien quiera conocerlo caminará por los pasillos del Overlook, acompañará a Alex DeLarge en su descenso al infierno, se perderá bajo la luz de las velas o irá mas allá del arcoiris.
Un monolito negro que se alza desde el principio de los tiempos: ¿una amenaza? ¿La representación de una inteligencia extraterrestre superior? ¿La materiali zación del progreso del hombre? ¿Una esperanza? Stanley Kubrick muestra, pero no explica. Junto al escritor Arthur C. Clarke, construyó un futuro creible, cargado de enigmas. 2001 es un monolito negro en si: una pelicula misteriosa que abre una puerta al conocimiento.
El crítico de cine Roger Ebert escribió que Kubrick, en 2001: una odisea del espacio, «hizo un alegato filosófico sobre el lugar del hombre en el universo», pero a través de un poema visual donde cada movimiento de cámara supone una revelación. En un mundo todavia analógico, el realizador revolucionó el género de la ciencia ficción, y fue capaz de diseñar un futuro que aún hoy es un referente, basta con ver Gravity o Interstellar.
Sumergirse en la pelicula implica realizar un viaje espacio-temporal desde los umbrales de la humanidad hasta el interior del Discovery, que se desliza por la calma silenciosa del universo. El espectador es testigo del enfrentamiento mortal entre el emblemático HAL 9000 la inteligencia artificial, y el astronauta Dave Bowman. Y viajará más allá de la puerta de las estrellas.
Historia del rodaje de 2001: una odisea del espacio
Un repaso por la historia del rodaje de 2001: una odisea del espacio, haciendo hincapile en cómo Stanley Kubrick cuidó su visión del futuro y el afortunado uso de la banda sonora en la película. Un viaje con paradas en la relación de Stanley Kubrick con el escritor Arthur C. Clarke y en todas las claves de un proceso de creación apasionante. De de el punto de partida, el relato El centinela, hasta el nacimiento del libro 2001: una odisea del espacio. También un reflejo de cómo Stanley Kubrick cuidó hasta el último detalle, sin olvidarse de la música: el compositor Alex North compuso la banda sonora en un principio, pero al final el director se decantó por obras de música clásica.
148 Tomas, Kubrick era considerado un perfeccionista sin piedad. El rodaje de las escenas a menudo se repetía hasta que cuadrase hasta el último detalle. Lo más habitual era hacer entre cuarenta y cincuenta repeticiones, pero en una sola jornada esta cifra podía llegar a superarse.
En cuanto al trato con los actores y las actrices, el director también se mostraba muy exigente. En este sentido, a menudo se hace referencia a su relación con la actriz Shelley Duval, que durante el rodaje de El resplandor (Reino Unido, 1980) sufrió con gran angustia las exigencias de Kubrick.
Es innegable que Kubrick exigía el máximo a todos los miembros del equipo de rodaje, pero, si nos fijamos en las siguientes fotografías, la imagen de enfant terrible queda rápidamente en entredicho.
LA REPERCUSIÓN DE 2001
Un repaso por la campaña de lanzamiento de la película, lo que supuso el estreno y el legado y acogida de 2001: una odisea del espacio. Cómo rivalizó en el momento de su estreno por convertirse en el mayor éxito del año Junto con Funny Girl de William Wyler. En el momento de su estreno provocó elogios encendidos de personalidades como Richard Widmark o Federico Fellini o despertó el desconcierto más absoluto en otros famosos como, por ejemplo, Rock Hudson.También un año después, la llegada del hombre a la luna, el 21 de julio de 1969, supuso un nuevo impulso para la pelicula. 2001 sigue siendo hoy obra cumbre del género e influye todavía en los nuevos largometrajes de ciencia ficción.
Primera carta de Stanley Kubrick a Arthur C. Clarke en marzo de 1964
Donde le propone colaborar para hacer una buena pelicula de ciencia ficción
POLARIS PRODUCCIONES, INC.
120 EAST 50th STREET NUEVA YORK 92, N.Y.
PLAZA 2-018 PELÍCULA POLAR
31 de marzo de 1964
Sr. Arthur C. Clarke 47/5 Gregory's Road Colombo 7, Ceilán
Estimado Sr. Clarke:
Es una coincidencia muy interesante que nuestro amigo mutuo Caras te mencionara en una conversación que teníamos sobre un telescopio Questar. Había sido un gran admirador de sus libros durante bastante tiempo y siempre había querido discutir con usted la posibilidad de hacer la proverbial película de ciencia ficción "realmente buena".
Mi principal interés radica en estas amplias áreas, asumiendo naturalmente una gran trama y carácter:
1. Las razones para creer en la existencia de vida extraterrestre inteligente.
2. El impacto (y tal vez incluso la falta de impacto en algunos sectores) tal descubrimiento tendría en la Tierra en un futuro próximo.
3. Una sonda rápida con aterrizaje y exploración de la Luna y Marte.
Roger me dice que planeas venir a Nueva York este verano. ¿Tienes un calendario flexible? Si no, ¿considerarías venir antes? con vistas a una reunión, cuyo objetivo sería determinar si existe o surge una idea que nos interese a ambos lo suficiente como para querer colaborar en un guión.
En ese evento tan agradable, me siento razonablemente seguro de que un acuerdo adicional para sus servicios entonces podría ser contactado con su agente.
...
UN VESTUARIO DE PELÍCULA
Un repaso por el vestuario de la pelicula, el maquillaje y los peinados. ¿Cuál sería la moda del futuro? Stanley Kubrick no dudó en contratar a Hardy Amies un famoso diseñador británico, para que realizara los bocetos adecuados para una película de ciencia ficción que recreaba el siglo XXI cuando todavia quedaban décadas para alcanzarlo. Por otro lado, Stuart Freeborn diseñó los disfraces de los simios. Este maquillador y artista del disfraz alcanzaria la inmortalidad con sus creaciones en Star Wars: Yoda o Chewbacca. Otro imprescindible en la película fue Daniel Richter, un mimo que logró un realismo extraordinario en el movimiento de los simios.
CLAVES DE UN DECORADO
En el interior del decorado se construyó el «mobiliario» necesario, hasta el último detalle: mesas, pantallas, sillas, mandos, los sarcófagos donde están hibernando los cientíticos...
Stanley Kubrick dirigía las secuencias del decorado desde fuera, a través de un circuito cerrado de monitores que transmitía la imagen del interior.
Para Keir Dullea (Dave Bowman en la pelicula), Stanley kubrick era un genio del cine y recuerda que, al llegar al rodaje, el decorado en el que íbamos a rodar hacia que Disneylandia pareciera una nadería».
El pasillo centrífugo fue construido por la British Vickers-Armstrong Engineering Group. Es uno de los decorados más recordados de 2001: una odisea del espacio. El coste fue de 750.000 dólares. El pasillo tenía doce metros de diámetro y giraba a casi cinco kilómetros por hora. Los actores podían moverse en su interior y se rodaba con dos cámaras (una fija, que giraba con el decorado, y otra sujeta a un pequeño dolly) que permitían crear esa sensación de ingravidez y calma en las secuencias de los astronautas Dave Bowman y Frank Poole.
La chaqueta metálica
«Estoy en un mundo de mierda, sí, pero estoy vivo y no tengo miedo», son las últimas palabras de Bufón, uno más en un pelotón de marines que avanza hacia un viaje sin retorno. Stanley Kubrick ofreció su pesimista mirada sobre la guerra de Vietnam en La chaqueta metálica. Se inspiró en la novela de un veterano de guerra, Gustav Hasford, y contó con la experiencia del correspon sal Michael Herr.
En la pelicula maneja los códigos del cine bélico y aporta un nuevo referente del género. Kubrick, documentándose previamente, fue capaz de recrear el infierno Vietnam a tan unos kilómetros de su casa en Londres. Por ejemplo, aprovechó las ruinas de una fábrica de gas que iban a ser demolidas para recrear la ciudad de Hué.
La chaqueta metálica muestra la dualidad de la naturaleza humana, representa da en un casco con su simbolo de paz y su mensaje: «Nacido para matar»>. También el proceso de despersonalización de un grupo de jóvenes durante el entrenamiento, que los convierte en máquinas de matar. Y la plasmación en la figura del sargento Hartman de esas estructuras de poder que abocan al desastre sin medir las consecuencias.
Barry Lyndon
Stanley Kubrick tuvo fijación por el siglo XVIII y uno de sus retos fue filmarlo como si realizara un documental sobre ese periodo. Como no pudo llevar a cabo Napoleón, decidió adaptar una novela de William Makepeace Thackeray y volcar en este proyecto todos sus conocimientos. Para él fue una tarea emocionante, junto a John Alcott (director de fotografia) y Ken Adam (diseñador de producción), superar los problemas técnicos que acarreaba rodar, por ejemplo, bajo la luz de las velas o encontrar las localizaciones y los paisajes más adecuados.
Con la estructura simétrica de alguna de sus películas, narra el ascenso y la caída de un arribista, Barry Lyndon, durante el reinado de Jorge III. Para Kubrick el siglo de las luces suponía el nacimiento del mundo moderno y sus conflictos; la importancia de las ciencias, la técnica y la arquitectura; el duelo continuo entre la razón y las pasiones; la exaltación del vestuario, las pelucas, las máscaras... Todo esto está presente en la vida de su antihéroe.
Bajo las notas de Schubert y Händel, Barry Lyndon también es un tratado sobre la familia y las relaciones humanas (otro de sus grandes temas), sintiendo hacia su personaje principal una conmovedora empatia: «No es, ciertamente, ni héroe ni malo. Así le ocurre a la mayoria de la gente».
LA LUZ DEL SIGLO XVIII
¿Cómo se iluminaban las estancias en el siglo XVIII? Con luz natural y luz de las velas. Y Stanley Kubrick, en su empeño de ser absolutamente fiel al espíritu de la época, no se amilanó ante el reto técnico de conseguir esa misma iluminación. El director de fotografia John Alcott nos dio pistas de cómo lo hizo: «Kubrick colocó tres objetivos de cámara fija Zeiss de 50mm FO.7, que habían sobrado de una remesa fabricada para la NASA. Teníamos una Mitchell BNC sin réflex que enviamos a Ed DiGiulio para modificarla de manera que se pudiese acoplar este objetivo ultrarrápido». Estos objetivos se utilizaban para algo muy concreto: fotografiar la luz de la luna. Aun asi, hubo que superar distintas dificultades, pues estos objetivos no lograban profundidad de campo por los niveles de luz tan bajos. No obstante, el resultado final fue una luz realista que conseguía lo que Kubrick quería: lograr, entre otras cosas, que el espectador se hiciera una idea de cómo eran los ambientes nocturnos en los interiores de los palacios y edificios del siglo XVIII.
El resplandor
El concepto freudiano de lo siniestro está presente en la vida cotidiana de la familia Torrance en el hotel Overlook. Stanley Kubrick dirigió El resplandor, una pelicula de terror que va más allá de los códigos del género. ¿Es una historia de fantasmas o sobre la locura? Trabajó con la novelista Diane Johnson, empapán dose de literatura gótica y cuentos de hadas, para transmitir inquietud y extrañeza en cada fotograma.
Después de rechazar dirigir El exorcista, quiso indagar en el género. El punto de partida fue la novela de Stephen King, pero el escritor nunca se mostró convencido de la adaptación cinematográfica. Sin embargo, el poder evocador y su capacidad de conectar con el subconsciente han convertido El resplandor en una película de culto. Kubrick refleja relaciones familiares tensas y perfila un retrato sobrecogedor de un artista que no encuentra inspiración.
Sus famosos trávelin alcanzan la perfección gracias a una nueva innovación téc nica (el steadicam) y refuerzan lo extraño y la ambigüedad entre lo imaginario y lo real. El miedo se materializa con la presencia de las gemelas, las simetrías, el laberinto, las apariciones y una inquietante ausencia de oscuridad.
LA STEADICAM
Stanley Kubrick realizaba coreografias visuales con el movimiento de la camara y durante toda su carrera buscó soluciones para sus reveladoras secuencias. Admirador de otros realizadores conocidos por su destreza en mover la cámara como recurso para contar su historia, como el director Max Ophülls o William A. Wellman, Kubrick no paraba de innovar en ese sentido. Durante el rodaje de El resplandor, el realizador apostó por un nuevo invento, que ya se estaba empleando en algunas peliculas de los setenta, un sistema de estabilización de la cámara, que había creado Garrett Brown en 1975. La steadicam permitió las secuencias más recordadas de la pelicula: los recorridos por los eternos pasillos del hotel Overlook a la intensa persecución final por el laberinto. A partir del El resplandor se vieron las posibilidades cinematográficas de este sistema y se ha seguido empleando en diversas peliculas con resultados brillantes como en El caballo de Turin de Bela Tarr o en Uno de los nuestros de Martin Scorsese.
INFINITAS MIRADAS
Existen dos versiones de El resplandor, la estadounidense y la que se estreno en el resto del mundo. Incluso después del preestreno en EEUU, Stanley Kubrick decidió suprimir una secuencia que transcurria, a modo de epilogo, en un hospital. La versión americana dura 144 minutos y la internacional 114 minutos. Todos los cortes se realizaron siguiendo sus indicaciones. Esto enriquece las interpretaciones críticas y convierte en un laberinto interminable las distintas miradas sobre esta obra cinematográfica. En este audiovisual pueden verse secuencias inéditas para el espectador europeo.
La naranja mecánica
Stanley Kubrick, un maestro en el empleo de la voz en off en varias de sus peliculas, construyó a uno de sus narradores más emblemáticos, Alex DeLarge. La naranja mecánica fue controvertida en su estreno, pues disparó debates encendidos sobre el uso de la violencia en el cine, acompañados de una campaña de prensa agresiva que vinculaba esta obra a la crónica de sucesos sobre violencia juvenil. La presión llegó a tal punto que el realizador retiró la pelicula de los cines de Reino Unido.
Para plasmar la distopía de Anthony Burgess se sumergió en un futuro cercano impregnado de pop art, presente en la decoración del Korova Milk Bar o en las vestimentas de los drugos. Con Beethoven de fondo, bajo el sintetizador de Wendy Carlos, la pelicula expone una cuestión moral: con un personaje conflictivo como Alex, pone en duda la intervención del Estado que quiere anular su capacidad para elegir entre el bien y el mal.
El sometimiento de Alex al tratamiento Ludovico descubre otro de los temas cruciales de su filmografia: la lucha de sus personajes entre el determinismo y el libre albedrio. Para Kubrick: "Los tramposos son siempre más interesantes que la buena gente».
LA HABITACIÓN DE ALEX
Las habitaciones, los espacios privados, dicen mucho de la personalidad de quien los habita. En la manera de decorar, en el orden o en la limpieza se desvelan muchos aspectos de la psicologia de una persona. Stanley Kubrick creó un cuarto especial para Alex DeLarge que exterioriza sus puisiones latentes de sexo y violencia, así como su pasión por la música de Beethoven, su egocentrismo y sus actitudes de lider. Todo está especialmente diseñado para Alex: el tocadiscos Hydraulic Reference Turntable, el póster de la mujer desnuda de Cornelis Makkink, los cuatro Cristos desnudos danzantes de su hermano Herman Makkink o la máquina de escribir Valentine de Ettore Sottsass. También, se refleja el buen trabajo de diseño de producción de John Barry y la inteligencia de Stanley Kubrick para dar a conocer a su protagonista.
Durante los años sesenta, Stanley Kubrick se interesó por rodar Relato soñado de Arthur Schnitzler, pero este proyecto terminó siendo su última película, Eyes Wide Shut. Con el guionista Frederic Raphael, cambió la Viena de carnavales de la Belle Époque por un Nueva York navideño (recreado en Londres) a punto de inaugurar el siglo XXI.
El realizador dejó como testamento una radiografia sobre la intimidad de un matrimonio. Aprovechó a Nicole Kidman y Tom Cruise, la pareja más mediática del momento, para convertirlos en Alice y Bill. Ambos sucumben a los misterios del deseo, entre el sueño y la realidad. En Eyes Wide Shut predominan dos colores: el rojo y el azul, que manifiestan diferentes sensaciones y emociones entre la amenaza y la calma.
Detrás de las máscaras cobra sentido la importancia del disfraz, del juego y la representación para dar rienda suelta a la libido, pero dejando al descubierto un mundo de sombras y poderes que supera a Bill. Ante las tentaciones, el matri monio será consciente de la seguridad que ofrece su unión. Alice, más lúcida, lo expresará con claridad: «Deberíamos estar agradecidos por haber logrado sobrevivir a nuestras aventuras, hayan sido reales o solamente soñadas»>.
Epílogo
Muchos de los que conocieron a Stanley Kubrick hablan de sus ojos y su mirada. Llamaban la atención. En los rodajes no levantaba la voz, pero no paraba hasta que conseguía lo que queria. No daba ninguna importancia a su atuendo.Disfrutaba de los perros y los gatos. Varias personas que se relacionaron con él recuerdan las largas conversaciones telefónicas que le gustaba mantener. Le interesaban las innovaciones tecnológicas e ideaba continuamente maneras de ordenar toda la información que acumulaba para organizar los planes de rodaje y finalizar sus proyectos.
Kubrick era un hombre familiar que aspiraba a una vida tranquila en su hogar de Londres junto a su mujer y sus hijas. Su casa era también su centro neurálgico de creatividad y trabajo. No le gustaba llamar la atención, no era amigo del glamour, típico en Hollywood, ni solía asistir a fiestas y reuniones. Tampoco estaba presente continuamente en los medios; lo justo. Según Michael Herr no soportaba la mentira, la hipocresía, la beatería ni el sentimentalismo, y según su esposa Christiane Kubrick no podía con la vanidad. No obstante, los medios de comunicación dibujaron a un hombre que era un genio, pero de personalidad compleja, distante, obsesiva y fría. Nunca le agradó la imagen que se proyectaba de él.
Manuel Huerga ofrece en esta instalación audiovisual biográfica un retrato de Stanley Kubrick para acercarse al cineasta a través de diversas imágenes y de declaraciones públicas realizadas a lo largo de su vida. Todo compone un puzle que descubre al hombre detrás del genio.
Fuente: Stanley Kubrick. The Exhibition en el Círculo de Bellas Artes de Madrid 2022