RESERVA RIO BLANCO. MANIZALES, COLOMBIA.

Manizales es una de las grandes ciudades del eje cafetero que paradójicamente tiene reservas naturales muy cerca del centro de la ciudad.



Una de estas reservas es la reserva de Río Blanco, que se encuentra aquí, y dónde se pueden hacer dos actividades, senderismo con dos posibles senderos de 1 a 3 horas, o la joya de la corona qué es el avistamiento de aves que puede llevar entre 5 a 6 horas.
Para la gente qué no está familiarizada con el avistamiento de aves, es una oportunidad de oro para dejarse seducir por esta actividad, que en ocasiones es elitista, no ya solamente por el tipo de personas que la practican, sino por el precio que tiene. Los packs con transporte y visita guiada rondan los 40 €, aunque si pensamos que hay gente que viene desde Estados Unidos para hacer lo mismo, podemos relativizar que el precio no es tanto como aparenta. 
Si no se prefiere packs (que en teoría es lo más cómodo) los precios de entrada a la reserva se dividen en senderismo 3 € o avistamiento de pájaros 16 € por persona, a parte el guía obligatorio por 12 € el grupo.
Se recomienda, como se podrá ver en el video, llevar binoculares si se opta por el avistamiento de aves, pero para sorpresa de muchos, al menos hay tres aves muy complicadas de ver que sí vienen a los comederos facilitando su observación de muy muy cerca, una maravilla de experiencia.

Características de la reserva

La Reserva Forestal Protectora de Río Blanco y Quebrada Olivares es una de las zonas con mayor biodiversidad del mundo y conservación de los recursos naturales. Está ubicada sobre la cordillera Central Andina en el departamento de Caldas, a 3 km del costado nororiental del municipio de Manizales.
La Reserva de Río Blanco, en su totalidad, está ubicada dentro del municipio de Manizales en la zona montañosa de la gran Cuenca del Río Chinchiná, posee 4.932 hectáreas de extensión de bosque de niebla limitando con los municipios de Marulanda y Neira. Está ubicada entre los 2.150 y 3.700 msnm. La temperatura promedio es de 11°C y tiene una humedad relativa del 90%.

Caldas, el entorno de la reserva

La reserva se encuentra en Manizales, y esta en Caldas, dónde existe una gran presencia y diversidad de aves. Se reconoce el avistamiento de 813 especies, cantidad que comparada con el nivel nacional e internacional, demuestra una riqueza extraordinaria y ubica al departamento entre las regiones más ricas en aves del mundo.

Estos registros también muestran que existen 23 especies de aves endémicas, es decir, que solo se encuentran en este país y 34 casi endémicas, que se encuentran sólo en Colombia y en países cercanos, lo que motiva a los avistadores de aves a visitar la región con el fin de conocerlas. Además habitan 34 especies en peligro de extinción a nivel mundial, es decir, que su distribución y el tamaño de sus poblaciones es muy reducido, por lo que avistarlas es un privilegio.


De hecho, hay un mapa ornitológico de Caldas, dónde cada uno de los 25 municipios tiene su ave representativa.



Colibríes, siempre elegantes

Uno de los atractivos de la reserva son los colibríes.

Algunos datos curiosos sobre este ave son:

🐦La especie más pequeña pesa aproximadamente 2,2 gramos y la más grande unos 20 gramos.

🐦Deben sus nombres al rápido movimiento de sus alas que emite un zumbido. Son, en realidad, las más pequeñas de todas las aves del mundo, también son el tipo más pequeño de entre los animales vertebrados, por lo que a menudo son intensamente estudiados por los investigadores.

🐦El colibrí es la única especie de ave capaz de volar en todas las direcciones, esto incluye hacia atrás e incluso boca abajo.

🐦Los rituales de apareamiento del colibrí son también interesantes. Conocido como el cortejo buceo, los machos suben, por lo menos, 18 metros en el aire y luego rápidamente caen, hacen una vuelta en U y vuelven a hacerlo, continúan con este proceso hasta que tengan la atención de una hembra con la que pueda aparearse.


🐦Existen muchos tipos de alimentos que consumen los colibríes. Principalmente se alimentan de azúcar y savia, también comen polen y hasta pequeños insectos, como una manera de obtener proteínas.

🐦Estas aves pueden comer hasta 3 veces su propio peso en comida cada día.

🐦Los colibríes ayudan a propagar el polen de flor en flor.

🐦El latido del corazón de un colibrí puede alcanzar un máximo de alrededor de 1.200 latidos por minuto.

🐦Los colibríes son muy inteligentes, de hecho, un colibrí tiene el cerebro más grande en el mundo de las aves en proporción a su tamaño corporal.



Gralarias, la joya escondida

 La gralaria es el ave más popular dentro de la Reserva de Río Blanco en Manizales. Allí se desarrollan programas de conservación, capacitación y avistamiento de aves. 

Aunque no sólo en estos temas. Río Blanco es un sitio que cada vez se ha ido especializando más en el tema de conservación y protección de la fauna; es cierto que las aves son su fuerte para mostrar su potencial, pero entienden la importancia de los mamíferos, los anfibios, los reptiles y, en general, de su flora y fauna. 


En la reserva se identifican cerca de 372 especies de aves, incluidas especies únicas de esta región como la perdiz colorada (Odontophorus hyperythrus) y el colibrí pantalón de patas negras (Eriocnemis derbyi), entre otras. 

Este tipo de aves, las gralarias, tiene la peculiaridad de que son fáciles de oír, pero muy difíciles de ver porque no vuelan alto, más bien corren y se ocultan entre los matorrales. Es una de las reservas con mayor número de gralarias, ahora tienen ocho o nueve especies.


Empezaron a hacer los comederos siguiendo el modelo de avistamiento de gralarias de Ecuador, donde casi por casualidad un hombre descubrió la forma de hacer visible a una especie que es bastante difícil de ver. Gracias a Ángel Paz, de Ecuador, quién fue de las primeras personas que difundió el tema de gralarias. Su historia es digna de ser contada: era un campesino, quién alguna vez arando en su parcela con azadón empezó a notar algo raro, veía todos los días un pájaro que estaba detrás de él escarbando en su huerto y él decía: ‘pero ¡qué pájaro es éste!’ Él no conocía ni sabía de este tema, pero se le ocurrió tomar una foto y llevársela a alguien que sí conocía de pájaros; la persona le dijo que era un animal muy importante, una de las especies más buscadas en esa época por los observadores de aves, entonces le dijo: ¡no hombre! usted tiene que seguir con esto. Poco a poco consiguió, a lo largo de varios días, acercarse a las aves, de darles su comida y sus lombrices, por eso creció el número de aves. Él en este momento tiene cuatro o cinco especies que se pueden ver fácilmente. 


Ver gralarias no es nada fácil y ni se diga fotografiarlas; para ello es necesaria una rara combinación de conocimiento, paciencia y suerte con el fin de lograr una buena imagen. Es aquí donde el trabajo de los guías de la reserva Río Blanco ha puesto la balanza a favor, no sólo de los observadores, sino también de las aves.

Sin embargo, crear el entorno para verlas fue un trabajo de meses que ahora obtiene sus recompensas. No fue fácil llegar a lo que ahora tienen. Se empieza por identificar los sitios donde se oyen con más frecuencia los cantos. Luego se hace una entrada y un sendero hasta ahí. Se monta un pequeño escarbadero con un arado, y ahí se pone oculta una reproducción del canto de la gralaria y a un lado les dejaba lombrices para que ellas miren y escuchen su canto, así vienen y ven que es lo que hay.


 Por cada especie son entre tres y cuatro meses o hasta un poco más para atraer cada tipo de gralaria. Ya con el tiempo, el guía puede acercarse más, aprendiendo a imitar su canto, para que no se sientan atraídas por una grabación, sino por su voz. Se les va tirando las lombrices y a dejarse ver, para que se den cuenta que alguien amistoso les está dando comida todos los días. 

No todo el mundo está de acuerdo con ese método. Mientras muchos ven los alimentaderos como un espacio para observar a las gralarias, poder apreciarlas e incluso aprender más sobre ellas y realizar investigación, otros expertos sostienen que alimentar las aves equivale a domesticarlas y que es malo para el ecosistema y para las aves mismas. 


Para unos lo mejor es dejarlas en su hábitat pero, asimismo, hay muchas personas a las que les gusta este tipo de espacios porque quieren venir a ver esta especie y saben a dónde llegar, dónde están las gralarias y vienen a los comederos para verlas con mucha más facilidad. Además, está el interés científico de personas que quieren verla o tomarle una foto.


Esto no ocurre solo en Colombia, en el mundo se usan muchos métodos, están los que ponen un playback, aunque no es muy adecuado ponerlo a los comederos.



 El avistador de pájaros, en especial el de gralarias, se divide en diferentes tipos:

🔭El hardcore que es el duro en las aves. Quiere observar tres o cuatro especies específicas.

🔭El pajarólogo que es a quien le gusta quién va a la reserva a observarlas a todas en general.

🔭Por último el que apenas está aprendiendo, y quiere saber más 



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