Reflets. CHALON 2023
Una rueda y un aro esperan al espectador. Muchos de los que entraron no sabían lo que iban a ver, y esa es la idea. Un hombre vestido de aviador entra en escena, un traje con manos de madera es para del decorado.
Las acrobacias en cuerda, escaleras, aro... son simplemente perfectas, bien coreografiadas, bien ejecutadas, con una música de ensueño.
El acercamiento al público es premeditado para hacerme participe y darle esa sensación energizante de riesgo, un riesgo que despierta, alegra, hace soñar.
Pierre y David Cluzaud son los artistas quienes junto a Philippe Chaigneau hacen la dirección.
La ovación final fue, por el momento, la más fuerte escuchaba y no es para menos por la gran destreza de estos hermanos que mantienen el misterio hasta el final.
La capacidad de ocupar el espacio es otra de las grandes facultades de la obra, techo de la carpa, correr en horizontal por la pista, saltar de techo a techo de la carpa y terminar subiendo parte del escenario hasta el techo, nos hacen darnos cuenta de la palabra espacio y maestría para crear una obra.
Uno de los privilegios de los que no hay que prohibirse en Chalon.
Según la compañía:
Los diagramas tejen telarañas en su mente, las curvas se cruzan, la percepción se difumina, se escinde... La confusión se desvanece y da paso a los juegos.
Es en la soledad que el hombre se reenfoca, se habla a sí mismo, se acepta y lucha contra sí mismo... Es el que duda y el que se lanza...
Este espectáculo nos adentra en la mente de un creador, de un inventor. A veces frágil, a veces abierto, a veces caprichoso... Siempre en una búsqueda utópica del equilibrio, busca sus límites y toma caminos secundarios para superarlos. Con la cabeza en sus máquinas, explora sus sueños para encontrarse a sí mismo.
Una fábula acrobática donde se revisan y corrigen disciplinas circenses para brindarnos una experiencia cercana.
Un espectáculo hecho a medida y cosido a mano creado en la intimidad de la carpa
Opinión: 4,6/5
