El legado del chocolate en México: una tradición viva en el MUCHO. MÉXICO 2024
En el corazón de la Ciudad de México, el MUCHO (Museo del Chocolate) se erige como un guardián de la rica herencia del cacao y su transformación en chocolate. Este espacio no solo ofrece una mirada profunda a la historia del chocolate, sino que también celebra las tradiciones que han dado forma a su elaboración a lo largo de los siglos.
De la mano de Ana García Lascurain, directora del museo, y Mayumi Barrón, servicios educativos del museo, comenzamos un viaje por el museo que se inicia con una degustación de la semilla y continúa con la inmersión en la época prehispánica, cuando el cacao era considerado un regalo divino, utilizado en ceremonias y como moneda de intercambio.
El cacao, venerado por culturas como los mexicas y mayas, simbolizaba fertilidad, poder y abundancia. En esta sección, los visitantes pueden explorar las herramientas tradicionales utilizadas para transformar los granos de cacao en una bebida espesa y espumosa, como el metate y el molinillo. Estas herramientas no solo representan la técnica ancestral, sino también el valor cultural que el cacao ha tenido a lo largo de la historia.
La llegada de los españoles marcó el comienzo de un nuevo capítulo para el chocolate. Con la incorporación de azúcar y especias europeas, el chocolate comenzó a evolucionar hacia la bebida que hoy conocemos. En el museo, esta transformación se narra a través de exhibiciones que destacan cómo las recetas originales se fusionaron con ingredientes del Viejo Mundo, dando lugar a una tradición que sigue viva en la actualidad.
Una de las secciones más impactantes del museo es la dedicada a la industrialización del chocolate en México. Aquí, los visitantes pueden aprender sobre las primeras fábricas de chocolate en el país, como 'La Cubana,' fundada en 1872. Estas fábricas jugaron un papel crucial en la expansión del consumo de chocolate, haciéndolo accesible para todas las clases sociales.
El MUCHO también ofrece una experiencia sensorial que conecta al visitante con la esencia del cacao. En una sala especialmente diseñada, se exploran los aromas y sabores del chocolate en su estado más puro, y se muestra su relación con otros cultivos tradicionales como la vainilla y el plátano. Esta interacción sensorial permite a los visitantes apreciar la complejidad y la riqueza del cacao, un ingrediente que ha moldeado la gastronomía y la cultura de México.
El museo cuenta además con exposiciones temporales que reflejan la continua relevancia del chocolate en el arte y la cultura contemporánea. Una muestra notable es la exposición de pintura al óleo realizada por artistas que pintan con la boca y los pies, quienes utilizan el chocolate como medio creativo, destacando su versatilidad y su conexión emocional con las personas.
El barrio de Juárez, donde se encuentra el museo, añade una capa adicional de historia y encanto al MUCHO. Ana explicó cómo este vecindario, conocido por su arquitectura histórica y su vibrante vida cultural, ha visto una revitalización en los últimos años. La casa que ahora alberga el museo es un ejemplo de esta renovación. Originalmente una residencia porfiriana, la casa fue remodelada por la propia Ana García Lascurain, quien es arquitecta, desde 2008 al 2010, junto con algunos de los miembros actuales del equipo del Mucho, quienes conservaron y realzaron sus características originales, fusionando elementos tradicionales con toques contemporáneos. Esta restauración no solo preserva el patrimonio arquitectónico de la zona, sino que también conecta el pasado con el presente, creando un espacio que celebra tanto la historia del barrio como la del chocolate.
El MUCHO es más que un museo; es un homenaje a la tradición del chocolate en México. A través de sus exhibiciones, se honra no solo el proceso de elaboración del chocolate, sino también el profundo significado cultural que este alimento ha tenido a lo largo de los siglos.
