Una obra maestra en la pared de un restaurante. El Condominio de Rafael Cauduro. MÉXICO 2024
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El mural, que adorna uno de los edificios que lleva su nombre, es una representación viva de la vida en los condominios de la Ciudad de México, inspirada en las vecindades que solían ser comunes en la capital pero que hoy están en peligro de extinción. Jackeline, del restaurante Filigrana y apasionada de la pintura, tuvo la amabilidad de explicarnos el mural.
El fantástico mural "El Condominio", situado en el restaurante Filigrana en la colonia Condesa de la Ciudad de México, es una de las obras más emblemáticas del insuperable artista mexicano Rafael Cauduro. Este mural, una obra maestra, está cargado de simbolismo y detalles, refleja la vida en los condominios de la capital, un tema que el artista aborda con su característico enfoque crítico y detallista.
"El Condominio" es una representación viva de las vecindades que alguna vez fueron comunes en la Ciudad de México, pero que hoy están casi extintas. La obra fue inspirada en gran parte por la amistad entre Cauduro y el escritor Antonio Cordero, quien además de ser socio del restaurante Filigrana, es también residente del edificio donde se encuentra el mural. Cordero, conocido por su trabajo en bienes raíces y su libro sobre Hernán Cortés, fue una figura central en la creación de esta obra, que captura la esencia de la vida en comunidad con sus luces y sombras.
El mural se despliega en varias escenas que cuentan diferentes historias. En la parte superior, se desarrolla una fiesta, donde Antonio Cordero aparece sosteniendo una copa junto a su esposa. Cada personaje en esta escena, desde los invitados hasta aquellos que observan desde las sombras, tiene un papel fundamental. En otro rincón del mural, un hombre sostiene un cuchillo, listo para atacar a quien le pisa la comida, simbolizando las tensiones y conflictos que pueden surgir en un entorno comunitario.
Cauduro también incluyó a sus hijas en el mural, pintándolas detrás de unos barrotes, un comentario sobre cómo la libertad de los niños para jugar en las calles ha sido reemplazada por una vida más confinada. Una de las hijas tiene síndrome de Down, lo que añade una capa adicional de sensibilidad a la obra.
El mural aborda además la confrontación entre lo contemporáneo y lo moderno, como se refleja en una escena donde un refrigerador moderno contrasta con una estufa de leña, creando un choque de épocas. Este detalle, junto con otros, sugiere una disonancia entre el pasado y el presente, y refuerza el enfoque crítico de Cauduro hacia la vida urbana.
Otra parte del mural muestra a mujeres en un lavadero, donde la humedad y el desgaste del tiempo están representados con gran realismo. Este detalle simboliza la monotonía de la vida cotidiana y el paso del tiempo. El mural también rinde homenaje a Luis Ernesto de la Peña, un escritor amigo de Cauduro, quien aparece como un acumulador compulsivo en su época más rebelde.
Uno de los elementos más intrigantes del mural es una alegoría del lavado de dinero, representada por un inodoro con piernas transparentes y una cortina de humo. Esta escena es una crítica directa a la corrupción, sugiriendo cómo las malas acciones se encubren con engaños, y toda esa agua sucia se convierte en dinero más abajo. Ojo al detalle que el periódico que se está leyendo es Reforma.
En la escena del hombre que mira a la mujer desnuda, hay rumores de que sería un trabajador de Rafael Cauduro que hacía la limpieza del hogar siendo la única persona que conoce todos los secretos de Cauduro, simbolizado al ver a la mujer al desnudo.
De la chica que mira de pie sabemos que se llama Ana, directora de opera y amiga del pintor. En otro lado del mural a un hombre lo están estrangulando, ese hombre es Rafael Cauduro, junto a un coche destartalado y en una imagen inferior varios coches estacionados que representa el aparcado del condominio justo al lado, así como la pasión del pintor por los autos. Se aprovecha para diferenciar un mundo pobre de necesidades con un mundo de opulencia.
El mural también refleja la influencia de Nueva York en la obra de Cauduro, con una representación de un metro que recuerda a los de esa ciudad, pero con nombres en español. Este detalle conecta lo local con lo global, uniendo dos ciudades que fueron significativas en la vida del artista.
Finalmente, una escena muestra a una mujer colgando junto a una estructura de escaleras y graffiti, añadiendo un toque provocador al mural. Esta mujer, que formaba parte del taller de Cauduro, era muy cercana al artista, y su inclusión en el mural junto al graffiti pintado por su esposo añade una dimensión personal y emocional a la obra.
El mural "El Condominio" es un testimonio de la genialidad de Rafael Cauduro y un reflejo de su habilidad para contar historias complejas a través del arte. Es una obra que no solo embellece el espacio donde se encuentra, sino que también invita a la reflexión sobre la vida urbana y las dinámicas sociales que la conforman. Agradecemos profundamente al equipo del restaurante Filigrana por su hospitalidad y la inestimable ayuda de Jackeline por sus maravillosas explicaciones que han hecho mucho más enriquecedor el observar está obra maestra.